"Ahora que el Porreti de Pinamar se ha hecho tan famoso por las cometas, no viene mal recordar que nosotros tenemos nuestro Juan Carlos Forreti, Juan Carlos Merqueti, Juan Carlos Sorete o como le quieran llamar, que bastante sabe del tema.
Al margen del campo del que se apropió como todos sabemos, el Sorete tierno ha ido dejando su huella en todos los organismos en que estuvo. Y –vaya casualidad– se ha convertido en un verdadero estimulador de coimeros.
No hace falta recordar, por ejemplo, que cuando manejó el banco a su antojo e ideó la “cartera sucia” (ahora podría redenominarse como “cartera soretera”) hubo unos cuantos cuervos allegados que hicieron su agosto y percibieron “vueltos” y “cánones” por doquier...
También mientras fue el responsable de la milicada hizo de las suyas, sobre todo cuando una investigación interna demostró que había un grupo de vigilantes que coimeaban a los quinieleros clandestinos y algunas otras cositas. Esa vez, el sorete prefirió decretar la impunidad de los coimeros y –como contraparte– castigar a los que tuvieron la osada idea de exigir honestidad y encarar una investigación.
Ahora que está donde está, a cargo de la comarca, repite el libreto. Entre otras cosas, aumenta las multas por cualquier cosa a montos exorbitantes. Estimula, así, otra vez, la cultura de la coima que él mismo ha ido instalando en las instituciones en que estuvo antes.
Será que tiene muy en claro aquello de que el que reparte y reparte, se queda con la mejor parte..."
Publicado por elsoreteestierno.blogspot.com
Al margen del campo del que se apropió como todos sabemos, el Sorete tierno ha ido dejando su huella en todos los organismos en que estuvo. Y –vaya casualidad– se ha convertido en un verdadero estimulador de coimeros.
No hace falta recordar, por ejemplo, que cuando manejó el banco a su antojo e ideó la “cartera sucia” (ahora podría redenominarse como “cartera soretera”) hubo unos cuantos cuervos allegados que hicieron su agosto y percibieron “vueltos” y “cánones” por doquier...
También mientras fue el responsable de la milicada hizo de las suyas, sobre todo cuando una investigación interna demostró que había un grupo de vigilantes que coimeaban a los quinieleros clandestinos y algunas otras cositas. Esa vez, el sorete prefirió decretar la impunidad de los coimeros y –como contraparte– castigar a los que tuvieron la osada idea de exigir honestidad y encarar una investigación.
Ahora que está donde está, a cargo de la comarca, repite el libreto. Entre otras cosas, aumenta las multas por cualquier cosa a montos exorbitantes. Estimula, así, otra vez, la cultura de la coima que él mismo ha ido instalando en las instituciones en que estuvo antes.
Será que tiene muy en claro aquello de que el que reparte y reparte, se queda con la mejor parte..."
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